Te extraño mucho. Voy mejor, pero nada es igual. Por
lo que he hablado con algunas personas que han perdido su pareja entiendo que
una jamás supera la pérdida y lo que una debe trabajar es aprender a vivir con el dolor.
No me gusta que me hagan comentarios, me hieren
incluso si me dicen “lo siento” (no sé si estoy en negación), aunque sé que nadie
lo hace para hacer daño. Estas clavado en el pecho, siento amor y dolor y creo
que por eso lloro con inminente facilidad.
Trato de evitar pensar desde el “qué habría
pasado si todo hubiese sido diferente” pero ahora que tenés el alma libre y que
has podido descansar pienso que no puedo ser egoísta. A veces es mejor que las
cosas pasen.
De pronto he descubierto cuan profundo es el
amor, jamás toqué tan fondo. Ha sido una gran experiencia, solo que ahora
experimento la profundidad del dolor también.
Sin duda, no soy la antes. Hay lecciones que
engloban la vida entera en este capítulo breve en que fuimos uno. Pareciera que
muchas vivencias que nos antecedieron me prepararon para saber reconocerte y
amarte a tiempo. Ahora hay un nuevo comienzo, aunque no se de qué.
Lo que puedo asegurar que el amor siempre se mantiene
intacto, incluso después de la muerte.
post 33: un poema
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