En mayo del año pasado Tomás publicó un artículo en la BBC Mundo sobre la historia de una mujer que me conmovió: primero porque se trata de un emprendimiento sobre la producción y exportación de té y segundo porque había una historia personal que la condujo a tan bella vocación. Por supuesto que lo leí y aunque usualmente, cuando algo me gustaba de su trabajo le escribía, esta vez no lo hice, casi no cruzábamos palabras pero era asidua leyéndolo.
Cuando nos "re" conectamos (julio/agosto) y comenzamos a hablar, me habló sobre ese artículo, le parecía que en la BBC le editaban mal, quitaron detalles que hacían importante la historia y que se había peleado con la editora. Lo volví a leer, con la atención que le pone uno a las cosas de quien te interesa.
Entonces platicamos de esa increíble historia pues el personaje, "Marcela", era alguien a quién el le tenía mucha estima. Me contó que su esposo murió de cáncer y en el proceso de su duelo ella dio un golpe de timón a su vida, dejó la arquitectura y emprendió un viaje para conocer sobre la preparación del té (Según me dijo, a la India) y una cosa la llevó a otra. A veces los hechos de la vida desencadenan otros y solo con el tiempo lo entendemos.
Poco después, Tomás me pidió que fuésemos a una cata de té para presentarme a Marcela. Lastimosamente, por razones de mi agenda (tenía exámenes de mi escuela de danza) no pudimos ir y luego, él estaba con otras cosas y en suma, nunca concretamos la cita con su amiga. Cosa que Tomás lamentaba.
En marzo, estuvo trabajando nuevamente en CONTRAPUNTO y retomó este artículo para publicarlo como era el original (Contrapunto).
En abril, el Chino tuvo una crisis en su salud y al estar ausente de sus redes, Marcela me escribió y así entramos en contacto. Resulta que nos conocíamos, habíamos trabajado en la UCA y coincidido en un esfuerzo sobre prevención de la violencia.
*-*
Hoy, a una semana de su muerte, por fin nos reunimos y nos tomamos --por fin-- el té que tanto promovió Tomás, pero sin él. Me eché a llorar porque sabía que en ese momento solo un corazón como el de Marcela podía comprender el mío echo trizas. Es inevitable pensar que --en vida-- no atendía la cita de los tres y eso nunca sucederá. Sin embargo, Tomás logró su objetivo de juntarme con Marcela: aprender de ella el camino del duelo.
Nos echamos a llorar juntas, hablamos de nuestros amores, de sus partidas, del vacío.
Es duro.
Marcela me contó a detalle su historia, su proceso, su camino y aunque aún le duele no tener a su esposo, me hizo ver lo siguiente:
Lo más importante en la vida es el amor y hemos sido muy afortunadas de haberlos elegido, de amarlos de forma incondicional y hasta en el último y peor momento. El verdadero sentido de la vida es el amor, este tipo de amor que no asoma a la razón, a la lógica, a la materia. Nos volvemos más espirituales, cumplimos misiones que nos harán crecer.
Cuando Tomás me pidió ser su pareja, nunca dudé: el es mi amor y lo supe de golpe, fue corto pero lo suficientemente grande y profundo. Hice por él cosas que por nadie y jamas me supo a sacrificio, fui muy feliz. Ayer lloraba porque no sabía a ciencia cierta si él fue feliz conmigo; pero Marcela me contó que el Chino le habló acerca de mí, de lo que teníamos y por eso quería presentarnos. Hace un mes, se encontraron en MARTE, me dijo que lo vio feliz, contento, con luz.
Este encuentro fue bastante revelador, cuando leí hace un año este artículo sobre Marcela jamás imaginé que terminaría llorando con ella y aprendiendo de su experiencia. Al final de la conversación me regaló un Té Chai de su producción. Me rindió para 4 tazas, que tomé una por semana y cada una me supo a un abrazo.
¿qué aprendí? que el amor es un privilegio que no todos tienen; qué se puede vivir si él y que amor se queda siempre; qué más adelante entenderé a dónde me llevará este camino.
P.D.
Mi Tomás, gracias por elegirme al final de tu vida, gracias por dejarme gente en este camino, me dolés profundo, te amo igual.
*la foto la tomé del Facebook.
Los tés de marcela son una maravilla! "Lafiroa" y son orgánicos!!
El siguiente paso fue reflexionar porqué eramos 3. DIVERGENTES
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