viernes, 28 de junio de 2019

29. De morir


De morir,
lo bueno es el abrazo de la tierra en sus sueños:
Ve tantos hijos en cada puñado de polvo.

Tomás Andreu
(encontrado en un tweet, del  2013)
me lo compartió Jorge Avalos.

post: 30 Sombra y Hualabi

miércoles, 26 de junio de 2019

28. Este es el momento.




Este es el momento para recordar los lazos que nos unieron,
el amor que compartimos
y los recuerdos que todavía nos acompañan.


Esta foto, en medio del caos de un hospital, refleja una noche de desvelo, platicas, risas. Así te recuerdo.

post 29: De morir

27. María Tomasa


María Tomasa



Tu madre es generosa conmigo. Me duele verla llorar. La admiro, en su sencillez, humildad y esfuerzo sacó a sus hijos adelante. Me jodías porque soy tan pequeñita como ella y además ambas somos “María”.

Explicar un poco tu historia comienza con María Tomasa, se enamoró de tu padre quien fue su única pareja y con quien tuvo dos hijos. Vos naciste casi con la guerra y unos meses antes de la ofensiva del ochenta y nueve Uds. tres se separaron de él. Pero ella no se ahuevó.

Te fuiste de casa antes de terminar el bachillerato; viviste casi 20 años fuera de esa familia y en ese tiempo –con su apoyo— sacaste dos carreras, intentaste formar una vida con las mujeres de las que te enamoraste, te hiciste de un nombre periodístico, hiciste amigos y amigas, viajaste. Con todo y tu “linving la vida” María Tomasa iba cada domingo con una bolsa de llena de verduras, tomates, chile, cebollas para vos.

En los últimos años, volviste a casa con ella a la misma colonia de donde te fuiste. Ella te apoyó. Me dijiste que había sido siempre tu cómplice, aun cuando pelearan por cualquier cosa, no podías si no devolver la lealtad que te tuvo. Recién lo comprobé hablando con tu familia y ¡como describen la incondicionalidad que ella te tuvo!

María decía que Tomás era terrible, mucho susto había sacado el “cipote”: se quemó a cara por travieso con unas mechas y pólvora en navidad, se fue en un barranco que de milagro no le pasó nada, para el terremoto del ochenta y seis casi le cae una pared de la casa encima, lo dejaba con llave en el día y aun así escapaba, se hizo una enorme herida en la espalda cuando se tiró de un techo y cayó sobre una puerta; cuando decisión llevárselo al mercado donde trabajaba se le escapó con unos conocidos y se fue a Aguilares. Era susto tras susto. Pero era un niño amoroso.

La última imagen que tengo de ambos es la forma en la que la despedías por la mañana con un beso y un abrazo, era un ritual sagrado. No puedo imaginar cómo te extraña. Te dio su hermoso nombre y acertó con ello. Aunque nunca supo comprender tu tristeza, vos estas en su corazón, de allí saliste hace 39 años. 

La visito cuando puedo, lloramos y reímos juntas. Tus buenos amigos la han apoyado. Nuestro amor por vos nos conecta siempre.

por allí me dijiste que no entendías por qué a ella le gustaba escuchar "Rayando el Sol" de Maná. veré que día se la pongo.

post 28: así te recuerdo

lunes, 24 de junio de 2019

26. Empatía con la vida


¡Boom¡ a media noche. Me asusté y pregunté ¿qué golpeó fuerte? Allí me contaste que tu madre deja trampas a los ratones y te levantaste a liberarlo. Ella enfurecía horas después por el acto de liberación. Era la eterna discusión.

Me contaste que llevabas aproximadamente 20 años siendo vegetariano –por convicción— pues habías decido no participar de la agresión de nuestra especie a otras. Sentías un profundo amor por los animales, por las dos perritas que te acompañaron: Sombra muerta hace un tiempo y Hualabi quien te ha sobrevivido.   

Vos, como muchos seres humanos, encontraron mas reciprocidad y amor en los animales que en muchos humanos; son seres fieles, no juzgan, solo te aman a su modo.

Pensé que me había sacado la lotería al tenerte como pareja, por ser sensible a las mascotas y ser vegetariano. Yo no lo soy a cabalidad, pero desde que nací nunca pude tragar, masticar o saborear ni carnes ni mariscos. Además, en los últimos años me cuesta asimilar el pollo. Me decanté por los carbohidratos (aunque vayan a parar a mis caderas). En resumen, sentía que con vos las casualidades eran perfectas.

Cuando me contabas lo difícil que ha sido la vida buscando menú vegetariano, incluso en hospitales y que incluso ha sido preferible aguantar hambre a participar de esa carnicería comencé a hacer un esfuerzo por evitar la carne molida (lo último que me reservé en mis hábitos)

Incluso me contaste de lo difícil que fue hacer un un reportaje con Edgardo:


Para terminar, recuerdo cuando me llamaste para contarme una gran tragedia: un bufer de tu equipo de sonido se había jodido y lo único que disfrutabas era la música en ese momento, por lo tanto era un hecho terrible. Cuando revisamos por la noche, resultó que el cable se lo había comido un ratón y allí si te vi enfurecer tal cual tu madre por los “actos de liberación”.

El próximo ratón que cayó no tuvo tanta suerte. Fuiste a la ratonera, lo tomaste y lo llevaste a liberar fuera de la casa, cerca del basurero. ¡Yo sabía que aun en las peores circunstancias no podías dejar de ser congruente!

Luego fuimos por otro cable a radio shack y se acabó la tragedia, volvimos a disfrutar de musiquita.

post 27 eras hijo de maría


domingo, 23 de junio de 2019

25. Old Souls

Our love is an old love baby
it's older than all our years
I have seen in strange young eyes 
familiar tears

We're old souls in a new life baby
They gave us a new life, to live and learn
Some time to touch old friends and still return
Our paths have crossed and parted this love affair was started long long ago
This love survives the ages in its story lives are pages, Fill them up may ours turn slow
Our love is a strong love baby,
we give it all and still receive
And so with empty arms we must still believe
All souls last forever
so we need never fear goodbye 😔
A kiss when I must go...
no tears...in time...we kiss
hello...

PD. pienso que esto es el amor.

post 26: entre musica y ratones

24. Tu misión


He aquí una prueba para verificar si tu misión en la tierra ha concluido:
Si estás vivo, aun no ha concluido.

miércoles, 19 de junio de 2019

23. despedidas




No te dejes abatir por las despedidas.
Son indispensables como preparación para el reencuentro.

Alejandro bruzual

Pd. hay personas que saben cuando han concluido su misión

22: llorar/llover



Dicen que de los llantos de los cielos nacen flores en la tierra.



Yo llevo un diluvio y no soy un cielo. Solo soy un alma que te extraña y que te escribe sabiendo que jamás vas a leer. Como soy sumamente reservada con mi vida privada viví estos meses muy plenos y sin compartirle a casi nadie mi felicidad con vos. Fue bueno, porque literalmente me reservaba el tiempo ausente de todo, pero muy presente contigo.

El tema es que pocos saben de mi dolor y los que saben no se atreven a preguntar como estoy. Sigo con la vida –te tomé la palabra cuando decías que no ibas “afectar mi agenda”— y solo aprovecho de llorar en mi cama de noche al dormir, al despertar a las 3 a.m. (hora en la que hablábamos), cuando me baño, cuando manejo, cuando todos se van al medio día y escribo estos post. El record fue llorar ida y vuelta a Honduras (viaje al que se supone me acompañarías).

Mi gata Chavela (le pusimos así por la Chave Vargas), es muy generosa. Cuando me oye llorar se sube a mi pecho, siempre del lado del corazón y se lo agradezco en el alma.

El otro día lloré mucho sobre tus huesos que hice una mezcla de ron con lágrimas.

A veces es el dolor de la pérdida lo que me hace llorar, a veces recordar tu dolor me saca lágrimas; en ocasiones es rabia y otras simplemente la tristeza.

P.D.
Vi una imagen sobre cuidarse de andar llorando en la calle, de pronto te graban o hacen foto y te haces viral. He de reconocer que al menos manejando eso me frena.

post 23 ¿Qué sentido tienen las despedidas?

martes, 18 de junio de 2019

21. ¿Qué es el amor?



“Al final, la verdad se hallará en su obra, la esencia corpórea del artista. No se deteriorará. El hombre no puede juzgarla. Porque el arte alude a Dios y, en última instancia, le pertenece” (P. S)

En octubre 2018 me entregaste el libro de Patti Smith “Éramos unos niños”–debo reconocer que llevaba años de no leer libros que no fuesen de danza o espiritualidad y esta lectura me re conectó con mi ser de “antes”, con el ser que extrañaba otras lecturas— me gustó mucho este libro de memorias de Smith. 

También me hizo bien leerlo amándote en ese tiempo presente y corroborar que amar y estar con alguien no tiene que ver con convencionalismos y que amar es conocer la naturaleza del otro, aceptarlo y apoyarlo.

Patty y Robert Mapplethorpe fueron grandes personajes juntos, una pareja hecha de amor y amistad. La muerte prematura de él por el VIH en los tiempos en los que tener ese contagio era bien cabrón me conmovió mucho. Vos decías que quizá ella pudo hacer por más él; yo pienso que ella hizo lo que debió: aceptarlo y amarlo, después seguir su vida sin dejarlo a un lado.

A vos te fascinaba ella (su música y sus letras), a mi él (su complejidad y fotografía).
La vida en Nueva York que describe en el libro es más que fascinante pero a vos te fascinaba más. Una amiga tuya –gringa—te dijo una vez que serías muy feliz en esa ciudad llena de historia y arte aunque hoy ya no es como el de 1967.  Después de leer busqué la obra de  Mapplethorpe y encontré la página de su fundación aquí 

Me ha fascinado su trabajo fotográfico y en él o por él (su arte) entendí los relatos de Patti sobre él. La naturaleza de una persona no se la puede juzgar, así como su obra. Con esa convicción y libertad es que existen obras de arte aunque en su momento la gente critique o rechace.

Pero vuelvo a otra de las lecciones de este libro: el amor. Hicimos un pacto, nunca juzgarnos, ser compañeros, dejarnos ser. En suma aceptarnos y por primera vez en mi vida, así lo hice y jamás me pesó. Desde que te reencontré, no pude juzgarte y viví una relación muy amorosa en muchos sentidos. Aunque soy muy dormilona, en las noches que me quedaba con vos me encantaba escuchar cada historia que me contabas de tu vida (a veces era yo la que contaba). Había que hacer mofa de las tragedias, cagadas y las decisiones de las que estábamos muy orgullosos.

Qué suerte la mía de advertir –a tiempo—nuestro encuentro en esta vida para dar y recibir, para sacar chispas, para vivir lo bonito más allá de lo material, para escuchar con empatía, para no reservar nada y darlo todo. Yo no te cría cuando me invitaste a vivirnos, cuando decías que a pesar de tanto año conociéndonos, este era nuestro tiempo.

Qué suerte la mía de advertir --a tiempo— que Tomás era un hombre maravilloso, que cuando se enamoraba podía dar tanta felicidad y que cuando no podía, hacía lo mejor que podía. Extraño las sopas, el puré, mi café a las 4 a.m., las carcajadas entre jalones de cigarro a las 11 p.m. en un patio iluminado por la luna, hacer el amor perdiendo la noción del tiempo. Lo extraño todo.    

pd. no puedo dejar de llorar: post 22

19. would you?




"Would you know my name
If I saw you in heaven?
Would it be the same
If I saw you in heaven?
I must be strong and carry on
'Cause I know I don't belong here in heaven"
(EC)



PD.

lunes, 17 de junio de 2019

18. Padre

Cada tarde atravieso el centro y paso por el ex cine Libertad hacia la Iglesia El Rosario. He de reconocer que me encanta con todo y el caos que se ve por allí. 

Muchas veces me hablaste de tu padre o “chepeluis”, el gran amor de tu madre. Me dijiste que era altísimo y delgado y que era lo que más admiraste en tu primera infancia hasta la separación. Fue alcohólico y luego se recuperó gracias a tu hermano y actualmente es evangélico. Tuvo varios infartos y logró recuperarse de una operación. 

Cuando se separaron de él, tenías más o menos 9 o 10 años y lo extrañaste toda la vida. También tuviste oportunidades para el reproche, pero era algo que ya habías dejado atrás. Incluso me dijiste que para soltarlo habías escrito algo en tu Blog y me lo compartiste.

En la primera semana de abril, casi un mes antes de tu partida me pediste que viera con vos la película “Violines en el Cielo”, una historia de un hombre que también había sufrido el abandono de su padre y al final de la película tuvo la oportunidad de preparar su cuerpo muerto en un hermoso ritual oriental.

Esa noche de sábado, nuestro tema fue el “perdón”. Aunque fuiste reacio para hablar estos temas  conmigo, te dije que el perdón no es para quien lo recibe, es una liberación para quien lo da, nos vuelve más livianos y en esa película era claro que el chico lo hizo, aunque su padre estuviese muerto. Realmente hay cosas que trascienden a la existencia física. Lloramos juntos.

El domingo llamaste a tu hermano para acordar una visita a tu papá y saludarlo, lo que ocurriría a mediados de abril. No se concretó por muchas razones que ya no importan. Ya estabas preparando tu viaje, aunque yo creía que era solo un proceso de cambio.

Por la descripción física de “chepeluis”, creí saber cuál de todos los hombres que conviven en las esquinas de la zona cercana a la Plaza Libertad era tu padre y lo supe por tres cosas: su altura, sus dedos ("de tambor" exactos a los tuyos) y su nariz, que vos heredaste.

Tu padre fue a tu entierro y cuando lo vi, supe que había acertado, pero eso es superfluo. Al verlo entendí muchas cosas, mucho de lo que soportaste siendo niño, adolescente, joven y adulto. Sabes que te admiro.

Reproduzco el post. Sobre el día “del padre”.



Te amo siempre.
*********

Aquí está tu regalo, papá



Ni Google sabe porqué el 17 de junio es el Día del Padre en El Salvador. Lo cierto es que para el 60 % de los salvadoreños —perdón que hable en nombre de ustedes— la efeméride nos sabe a 30 de febrero. Este es el único día en que el foco de la realidad económica y el de la austeridad se nos enciende: ¿para qué vamos a gastar en terceros cuando podemos dejar esos billetes para las cervezas del fin de semana? Muchas de nuestras desgracias se las debemos a nuestros viejos. Pero esto es así: nosotros no podemos elegirlos.

Pero no nos desviemos. De la parentela, el más hijo de puta siempre termina siendo el padre, porque si se queda, nos jode; si se va, pues es lo mismo, pero sin violencia. Y claro que hay padres cinco estrellas, pero no estamos hablando de ellos. Ustedes perdonen.

Con mi viejo somos amigos. Eso se logra con la distancia, porque la convivencia siempre se caga en todo. Solo mire cómo terminó el matrimonio presidencial del quinquenio 2009-2014. Pero no quiero verme como un cabronazo aguafiestas. Si llegó hasta estas líneas, déjeme contarle que hay canciones dedicadas al procreador. Y no crea que son tercermundistas, porque tienen su respectivo pedigrí. Las hay sutiles, duras y crueles. Por ejemplo: Jim Morrison le dijo en concierto a su tata que lo quería matar.  Kurt Cobain abrió un álbum confesando que deseó con todas sus fuerzas tener un padre, pero que solo llegó a tener un papá. Jeff Buckley —con esa bella voz que transparentó todo su tormento emocional— le preguntó en una canción a su viejo —el maravilloso Tim Buckley—, “Papá: ¿me escuchás, me conocés, te importé? ¿Qué harías en mi lugar?”.    

Ya me encantaría preguntarle a Jesús su opinión sobre su padre. Porque eso de ser sacado del cielo para venir a morir por extraños desagradecidos e hipócritas, sí que es una tremenda cabronada. 2, 000 años después y todavía lo ningunean. A ningún padre del mundo se le perdona semejante bullying.

Son más dinosaurios que otra cosa, pero no hay que olvidarse de los Padres de la Patria. Este país sigue tan huérfano de todo gracias a ellos. Y todavía se dieron un día feriado y remunerado. No sé qué es peor: si el cinismo de los políticos o nuestra absoluta incapacidad para tener un poco de dignidad y no salir a votar por ellos en cada elección.

Lo más triste de las conmemoraciones como esta es darse cuenta de que usted pasa de los 30 años, vive con sus viejos y llega a fin de mes con la plata de ellos. Y todavía les pide permiso para echar un polvo el viernes por la noche. 

Bonus track: 

Antes de suicidarse, Jeff Buckley dejó grandes canciones como esta. Aprovechó su talento para saldar cuentas con sus viejos.

"Mother dear: the world's gone cold. No one cares about love anymore. What will you say when you see my face? Father do you hear me? Do you know me? Do you even care? What will you say when they take my place...?" 

post 19: te recuerdo con esta canción

miércoles, 12 de junio de 2019

17. Oblivión

A Pizolla le conocí allá por el 2002, en un concierto de la Orquesta Sinfónica, en el teatro presidente. Un bandolinista Italiano ejecutó el "Ave María". Fue sublime. Tras esa presentación su música me vino como bálsamo en mi vida; pero hay dos piezas --tristes-- que siempre me hacen clic: "Soledad" y "Oblivión".

Nunca en la vida me topé con alguien que también las amara. Una vez, allá por el 2012  compartí Oblivión en mi muro del "face" y fuiste el único en comentar. Por el chat celebramos la coincidencia. A veces eras vos el que posteaba una de las dos y la misma dinámica. Eras la única persona con la que podía celebrar tan sublimes composiciones.

En estos meses, las escuchamos juntos y por eso decidí bailarla en dueto para un examen. Mientras inventaba en tu casa me decías que no entendías mis movimientos pero que te gustaban. En febrero la presenté y por cosas de salud, no pudiste ir a verme.

Te la mostré por video, porque en realidad bailaba para vos y la bailaremos "en todas las estaciones del tiempo".


te amo siempre.-

y hablemos de tu pá

16. Un mes



30 días sin vos. 

Solo sé que en vida nos dimos todo el amor posible. Hoy sé todo lo que hiciste por mi y te lo agradezco. Ni el dolor  ni la tristeza disminuye. Siento como cuando te preparas para la aventura de tu vida y el bus te deja. Me quedé con la música, con los viajes, con la recetas vegetarianas, con algunos de tus libros y otros míos que quería mostrarte; con la colección de películas y documentales. Incluso me quedé con la lista de temas que querías reportear. Me quedé con algunos de tus poemas. 

No lo siento carga, lo que me diste me ayuda a seguir, sola y a pata. Cabrón.

pos 17: Oblivión

martes, 11 de junio de 2019

15. La del estribo



El domingo 9 (tres días antes que cumplás un mes de habernos dejado) fuimos a visitar tu materia con tu hermano, “El chele”. 

Debo reconocer, que es uno de los seres que más te quiso y aun te quiere y te extraña mucho. Es jodido porque, aunque nos damos ánimos mutuos tenemos un duelo con común, reconocemos que viviste y moriste a tu forma, tu muerte no nos sorprendió pero nos ha dolido en el alma.

Nos echamos un "botellín" de ron en tu honor. Le compramos una minuta de limón y sal a un señor en el cementerio para darle gusto. Terminé mareada, entre limón, ron y lágrimas.

Llevé tu “caballito” tequilero, no tengo idea desde cuando lo usabas, pero lo llevé para brindar con vos. Regamos --lágrimas y alcohol-- la tierra que envuelve tus huesos.

La tumba tenía unas flores blancas artificiales, sé que no soy la única que vacía su dolor allí y vos ya me habías advertido.

He vuelto a dar clases de danza pero si me tocan el tema lloro un temporal.

Te amo siempre.

y ha pasado un mes.

sábado, 8 de junio de 2019

14. Dancing in the dark

Esta versión de "dancing in the dark" te mantenía de buen humor en los últimos meses. Admirabas el ánimo de este tipo y su baile con la gente, incluyendo a su madre.

Luego nos poníamos a bailar. irónicamente cuando vuelvo a mi casa un vendedor en el centro la pone cuando voy pasando y me arranca lagrimones.


https://www.youtube.com/watch?v=ASdOiLH69EE

pero mejor me fui al cementerio

jueves, 6 de junio de 2019

13. Al tequila se llega pedaleando (T. A.)

Me lo jalé de tu blog.  extraño leerte.

Me contaste de tu viaje a México y como lamentaste no haber ido a Guadalajara a ver la tumba de Jíménez. Un día iré a México e iré a tomarme allí "la del estribo" en tu honor. (me quedaste debiendo esa aventura). Si me preguntan les diré que llegué de un mundo raro, que triunfé en el amor y que nunca he llorado.



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Dos cosas le debo a José Alfredo Jiménez: su antropológico amor por los de a pie y su desmesurada predilección por el tequila. Por eso cuando llegué a la cantina La Fuente solo pedí lo que sentí que era mío: los mariachis y el tequila. Y ambas cosas se pusieron a mis pies y yo terminé en el suelo (cantando) —y en blanco y negro—  las canciones del siglo de oro mexicano.

Yo no sé porqué, pero Guadalajara es más importante que Jalisco. Tendría que ser mexicano para explicar lo anterior, pero soy cualquier cosa, menos un ciudadano respetable.

Aquellos mariachis hacían tronar la sala. Unas mujeres con vestidos muy mexicanos movían su geografía corporal al estilo de Lucha Villa. Cuando me acabé la garganta y todas las rancheras que me sabía, me acordé de mis riñones. Zarandeando llegué al baño, pero antes de eso un tipo me lanzó un piropo con piano: Shine On You Crazy Diamond de Pink Floyd. Vio mi camisa y empezó a improvisar la canción. Estaba hasta la madre de alcohol. Aun así, lo bajé del escenario y le dije que se echara una botella conmigo. No le hizo mala cara y le entramos —con sal y limón— a todas las rondas que llegaban con boca de Negra Modelo.

Hasta el ADN de borrachos, pagamos lo que debíamos. Pero al estornudar levanté la cabeza y ahí estaba: una bicicleta que tenía al pie de sus llantas un montón de botellas de tequila. Al mesero le pregunté por aquella estampa. Me dijo que la vida era muy corta y el cuento muy largo. Así que no me quedó de otra que sacarle provecho a la excusa: "Yo pago esta botella y usted me cuenta la historia. ¿Qué me dice?". Y de nuevo a beber tequila en La Fuente. Tuve suerte: el episodio de aquella bicicleta me la contó el mesero más antiguo de aquel hermoso expendio.

Y la historia va así: El tipo llegó hasta la caspa de borracho. Lo intentó y quiso echarse la del estribo. Pidió el trago pero no alcanzó a bebérselo. Así que se fue y dejó la bicicleta. Nunca volvió. Los encargados de La Fuente la subieron en un rincón que marca el corazón de la cantina. Estaban seguros de que volvería. Eso no ocurrió.

Mientras hacía la fotografía pasó un borracho espetando que "tanto tequila para esa chatarra de triciclo".

Volví a La Fuente. Tenía tanta curiosidad por el viajero y su transporte. Pregunté por la bicicleta y las versiones variaban en cada testimonio. Las voces coinciden en algo: el dueño era de raza blanca. Pudo ser norteamericano o Europeo. Lo cierto es que era un chelón. Solo santa Chavela Vargas sabe qué borrachera se andaba encima, porque nunca volvió por su vehículo.

Las ocasiones en las que volví a La Fuente me pregunté qué habría sido del dueño de aquella bicicleta. ¿De dónde venía? ¿Qué rumbo llevaba? ¿Dónde estaría?

Pero al séptimo tequila lo único que venía a mi mente era saber qué tan lejos estaba la tumba de José Alfredo Jiménez para ir a dejarle sus flores y su tequila.  Era obvio que Guanajuato no estaba a la vuelta de la esquina de Guadalajara.

Mi amiga Ellen solo pudo decirme: "Tomás, vamos a dormirnos".

Y así fue.

Nunca pude estar en Guanajuato.

Cuando veo la fotografía pienso en aquel anónimo que dejó trago y bicicleta para no volver. Antes de que el tiempo la enmoheciera debió ser muy bonita. Se nota.

¿Era el Ulises del siglo XXI en busca de su Ítaca...?

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el 14. Bailemos en la oscuridad.

12. Una planta.





En febrero me llevé un cactus a tu casa, pero antes de llegar accidentalmente lo destrocé y aunque lo puse en tu mesa no sobrevivió. En la pequeña maceta puse un rótulo en sustitución del cactus: "te amo". 

En marzo tuve la intención de hacerte un regalo: una planta. La compré y estaba por dártela cuando una amiga me la vio me dijo que era venenosa si sus hojas se comían en grandes cantidades. Pensé que no era conveniente llevártela por Hualabí (tu perrita), pues si algo le pasaba no me ibas a perdonar jamás. Para semana santa la olvidé en la oficina y al volver estaba muerta, seca y reducida a nada.

Me sentí mal porque lo que quería era darte un regalo de una vida, una compañía más y un aliento a sobrevivir juntos, su muerte me dio más desconcierto con esa intención original.

A finales de abril me percaté que la planta había renacido y para entonces, vos estabas muy mal. Comencé a cuidar esta planta como un simbolismo, vos decías que mala hierba nunca muere, y la verdad es que no sé cómo hacías, pero de cualquier hoyo en la vida salías.

Finalmente, me he quedado con ella y nunca llegué a dártela y cada día crece y se pone hermosa, le hablo de vos, aún está en una maceta, lo cual me parece un concepto errante. Creo que anhela la tierra. Tengo un destino para ella, quiero sembrarla cerca de tus huesos.



11. La niñez


Rousseau decía que lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre. A veces pienso que las horas en las que nos sentábamos a fumar a oscuras en el patio de tu casa durante la madrugada eran momentos de plena compañía. Me desconectaba del mundo para entrar en el tuyo y vos me contabas por capítulos tu vida. Tu infancia, siempre me conmovió y allí entendí tu dolor y tu carácter.

A veces, irremediablemente, comparábamos nuestras infancias y pese a las grandes diferencias (yo no pasé dificultades familiares ni económicas) algunas cosas nos asemejaban y era precisamente: como salir a flote pese a la autoridad adulta. fuimos niños rebeldes con la claridad que eso conlleva.

Te admiro porque en tu lugar no sé qué hubiese hecho ante el abandono de un padre, un hermano exigente y una madre que buscó siempre tu bienestar, pero ausente por trabajo pues era jefa de familia (situación que no cambia para miles de familias en este país). 

Durante tu infancia tu hermano y madre si iban a trabajar, mientras te dejaban encerrado con llave solo pues no había quien cuidara de ti. Una señora vecina te enseño a escapar cada tarde a través de un hueco que tenían las casas de la colonia Guayacán en Soyapango y te dejaba jugar con los juguetes de sus hijos. Definitivamente, que un niño siempre encuentra las válvulas hacia la felicidad. Luego volvías antes que tu madre llegara y no se diera cuenta de tus aventuras. 

El día que te enterramos llevé a tu madre a su casa para un cambio de ropa y en ese tramo me regaló este juguete (ella lo había tenido en su mano toda la noche) y me dijo, “le doy esto, fue de Tomás Antonio cuando era niño¨ .



Fue agridulce porque recordé que me contaste que habías robado un juguete de LEGO porque jamás tuviste uno propio e imaginé a un niño feliz.

Cuando decidimos estar juntos, una de las primeras cosas que me hablaste fue la sensación de abandono de tu padre y de tu dura relación con él y vi el dolor en tus ojos. Me preguntaba ¿cómo curar tu niñez? Por eso te conté la historia de Beethoven y su sufrimiento por un padre abusador de poder y como su dolor desembocó en esa pieza tan hermosa como la novena sinfonía, esa noche terminamos en lágrimas, abrazos y mucho amor.

Cada día saludo al muñequito que está en mi mesa de noche, sobrevive a la vorágine de movimientos de mis gatos, pienso que fuiste fuerte y valiente.

Te amo siempre.-

El disfraz de los impulsos

El pasado 19 de junio, por fin, tu deseo de ser publicado, leído se cumplió. Jorge Avalos, a solicitud de tu hermano editó tu trabajo y acá ...