¡Boom¡ a media noche. Me asusté y pregunté
¿qué golpeó fuerte? Allí me contaste que tu madre deja trampas a los ratones y
te levantaste a liberarlo. Ella enfurecía horas después por el acto de
liberación. Era la eterna discusión.
Me contaste que llevabas aproximadamente 20
años siendo vegetariano –por convicción— pues habías decido no participar de la
agresión de nuestra especie a otras. Sentías un
profundo amor por los animales, por las dos perritas que te acompañaron: Sombra
muerta hace un tiempo y Hualabi quien te ha sobrevivido.
Vos, como muchos seres humanos, encontraron mas reciprocidad y amor en los animales que en muchos humanos; son seres fieles, no juzgan, solo te aman a su modo.
Pensé que me había sacado la lotería al tenerte como pareja, por ser sensible a las mascotas y ser vegetariano. Yo no lo soy a cabalidad, pero desde que nací nunca pude
tragar, masticar o saborear ni carnes ni mariscos. Además, en los últimos años
me cuesta asimilar el pollo. Me decanté por los carbohidratos (aunque vayan a
parar a mis caderas). En resumen, sentía que con vos las casualidades eran
perfectas.
Cuando me contabas lo difícil que ha sido la
vida buscando menú vegetariano, incluso en hospitales y que incluso ha sido
preferible aguantar hambre a participar de esa carnicería comencé a hacer un
esfuerzo por evitar la carne molida (lo último que me reservé en mis hábitos)
Incluso me contaste de lo difícil que fue hacer un un reportaje con Edgardo:
Para terminar, recuerdo cuando me
llamaste para contarme una gran tragedia: un bufer de tu equipo de sonido se
había jodido y lo único que disfrutabas era la música en ese momento, por lo tanto era un hecho terrible. Cuando
revisamos por la noche, resultó que el cable se lo había comido un ratón y allí
si te vi enfurecer tal cual tu madre por los “actos de liberación”.
El próximo ratón que cayó no tuvo tanta
suerte. Fuiste a la ratonera, lo tomaste y lo llevaste a liberar fuera de la casa,
cerca del basurero. ¡Yo sabía que aun en las peores circunstancias no podías
dejar de ser congruente!
Luego fuimos por otro cable a radio shack y
se acabó la tragedia, volvimos a disfrutar de musiquita.
post 27 eras hijo de maría
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