El domingo 9 (tres días antes que cumplás un
mes de habernos dejado) fuimos a visitar tu materia con tu hermano, “El chele”.
Debo reconocer, que es uno de los seres que más
te quiso y aun te quiere y te extraña mucho. Es jodido porque, aunque nos damos ánimos mutuos tenemos un duelo con común, reconocemos que viviste y moriste a tu forma, tu
muerte no nos sorprendió pero nos ha dolido en el alma.
Nos echamos un "botellín" de ron en tu honor. Le compramos una minuta de limón y sal a un señor en el cementerio para darle gusto. Terminé mareada, entre limón, ron y lágrimas.
Llevé tu “caballito” tequilero, no tengo idea desde cuando lo usabas, pero lo llevé para brindar con
vos. Regamos --lágrimas y alcohol-- la tierra que envuelve tus huesos.
La tumba tenía unas flores blancas
artificiales, sé que no soy la única que vacía su dolor allí y vos ya me habías
advertido.
He vuelto a dar clases de danza pero si me tocan el
tema lloro un temporal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario